Restos de una boda china

Que casualidad que llegáramos a ese lugar ese día.
Yo no es que quiera casarme, es que quiero hacer la fiesta del amor.

Las relaciones personales son difíciles. Mucho. No puedes compararlas con nada, porque todas las combinaciones están a años luz de parecerse entre sí. No tienen nada que ver. Y si miras atrás te verás buscando una estúpida normalidad bíblica que está mucho más lejos de lo que quieres aparentar. (De lo que quiero)
Yo estoy feliz.
La cocina olía raro, y tras sacar todas las mandarinas encontré una completamente verde, que más que una mandarina parecía las cenizas de un extraterrestre, humeante y apestosa, la saqué ( y mientras escucho Empty Space de lifehouse “Eso es música cristiana? –Sí, escucho alguna canción en la radio y si me gusta, me compro el cd”)
La cisterna tiene truco, pero creo que todo el mundo ha tenido alguna cisterna con truco alguna vez. No quiero que pierda ni una gota de agua, que no está el mundo como para derrochar gotitas (no soporto ese tintineo, así que la cierro, lo ves? Tiene truco!)
Y mira para que luego no digas que solo critico y nunca hablo de las cosas que me gustan:
Me gusta el papel de cocina, soy adicto, lo utilizo para todo. Tiene tantas utilidades: Para secar, para limpiar la encimera (el banco valenciano), para recoger la basura del suelo, cuando se ha roto la bolsa. Para arrastrar la piel rayada de la zanahoria, para un youporn fortuito in the kitchen. Para sonarme los mocos. O para limpiar el recipiente de las mandarinas cuando una se ha podrido.
Lalalala...

Que bien que alguien sea capaz de buscar y de tener la paciencia necesaria para escribir tu nombre con las letra de una sopa.