El síndrome del gato paracaidista (o la tarta Missy)
Hay días en los que cuesta arrugar la cara para sonreír, porque las arrugas te parecen algo que te hace saltar dos pasos hacia delante.
Hay días en los que el director de foto de tu vida se empeña en llenarlo todo de filtros gélidos, de azules 601 y cuesta un poco más y todas las imágenes son tristes. Y todas las canciones ñoñas y te sientes como si hubieras comido cuatro kg de piedras (sin lavarlas ni nada)
El otro día un gato se suicidó en mi terraza. Es cierto. Yo estaba haciendo una tarta de fresas porque Carlos venía a cenar . Había comprado pescado en el mercao’ y estaba motivado. Escuchaba música alegre (puede que Scissors Sisters, Mika, o algo igual de moñas) y llevaba un delantal (?). Hasta que picó mi vecino del cuarto para decirme que su gato se había caído a mi terraza y se había matado. En efecto. Abrí la puerta de la terraza y el gato estaba completamente quieto y...Muerto!!!El vecino no sabía que hacer, estaba en shook y yo intenté guardar la compostura y decir cosas coherentes dentro de esta sixfeetniana conversación monosilábica y absurda. Que no voy a reproducir (puesto que ya he escrito el cortometraje sobre ellos. ¡¡¡MENUDO BAJÓN!!
Hay días en los que el director de foto de tu vida se empeña en llenarlo todo de filtros gélidos, de azules 601 y cuesta un poco más y todas las imágenes son tristes. Y todas las canciones ñoñas y te sientes como si hubieras comido cuatro kg de piedras (sin lavarlas ni nada)
El otro día un gato se suicidó en mi terraza. Es cierto. Yo estaba haciendo una tarta de fresas porque Carlos venía a cenar . Había comprado pescado en el mercao’ y estaba motivado. Escuchaba música alegre (puede que Scissors Sisters, Mika, o algo igual de moñas) y llevaba un delantal (?). Hasta que picó mi vecino del cuarto para decirme que su gato se había caído a mi terraza y se había matado. En efecto. Abrí la puerta de la terraza y el gato estaba completamente quieto y...Muerto!!!El vecino no sabía que hacer, estaba en shook y yo intenté guardar la compostura y decir cosas coherentes dentro de esta sixfeetniana conversación monosilábica y absurda. Que no voy a reproducir (puesto que ya he escrito el cortometraje sobre ellos. ¡¡¡MENUDO BAJÓN!!
Al día siguiente me crucé con el presidente de la comunidad, le conté lo del gato y me explicó lo del “Síndrome del gato paracaidista” Me enfadé un poco, puesto que pensé que me tomaba el pelo, pero no, he indagado por internet (vendito google) y existe.
¿Qué le debe pasar a un gato por la cabeza para creer que puede volar?
Esta es la frase que da pié al primer párrafo del post.
P.D: La tarta salió mazacote, pero riquísima. Con su cremita, su tartaleta...mmm... Estaba tan buena que no esperé para hacer la foto. Ah! La he bautizado tarta Missy.
Por otro lado, entiendo que hayan gatos, como este, que conciban el suicidio como única escapatoria posible...
4 Comments:
Ah! se me olvidaba, que si clickeais en la primera foto de gato, vereis lo que hace un gato paracaidista!:-)
Ya quisiera yo que a mi gata le diera por escogorciarse toda entera en plan despanzurramiento estrellativo contra cualquier asfalto o adoquinado de calle o incluso contra el bonito pavimento de tu terraza, porque la odio bastante, y mira que me gustan los animales, pero este felino es un caso único de entidad maullativa aborrecible porque se te mea en el sofá, te clava las uñas a la que te descuidas, deja perdida tu ropa preferida de pelos de los que dan alergia y no se lleva bien con ninguno de los perros que he tenido... Vamos, una auténtica desquiciada de la vida gatuna antidoméstica y uraña a más no poder. Pues la llevo soportando y alimentando durande más de doce años. me la regaló un amigo teatrero porque no la podía atender ya que andaba siempre de bolos esa temporada con la Esperanza Roy, de hecho, la gata lleva el msmo apellido que la famosa vedette de revista. El caso es que ahora mismo está en celo y maulla de esa manera insufriblemente irritante que tienen las gatas de gemir... Igual, ahora que sé lo del síndrome ese, le ato un paracaidas a la cola y la lanzo por la terraza, con un poco de suerte, como vivo en un séptimo le pasa lo mismo que a la de tu vecino.
Lo siento, espero que nadie me denuncie a una sociedad de esas protectoras de bichos, necesitaba un desahogo.
Jaume
y no será q al gato le gustaban las fresas...
De todo lo que has escrito me quedo con la palabra: mazacote!!!
No quiere decir que no me parezca triste lo del gato...pero es que tu vocabulario me puedeeee!!!!!
Grande Abel.
un beso mazacote total!
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