la habitación de Abel

Sunday, June 07, 2009

de como Saimaza conoce a la niña repelencias


Todas las niñas buenas llevan su nombre bordado en la etiqueta del vestido.
Por mucho que ella buscara y rebuscara entre las costuras, el único nombre que aparecía en su vestido era Saimaza, así que ese debía ser su nombre, sí, Saimaza, la niña vertedero.

Mientras la madre de Ghiby Whopsy jugaba con un simpatico contable entre los matorrales del parque central, ella se alejó distrayendose con los pelitos del señor conejito. Este era el último regalo que le había hecho su papá. Un fantástico y limpisimo peluche señor conejito, tierno, suave y muy muy cariñoso. Sin darse cuenta la pequeña Ghiby, esa preciosa niña rubia y tan aséptica como...como algo muy aséptico, la niña repelencias,vaya, se alejó hasta llegar a un extraño paraje lleno de electrodomesticos viejos y destartalados...Lavadoras llenas de bolsas de basura, tostadoras de cables pelados que guardaban en su interior un puñado de casacaras de plátano u otras sorpresas (cuantas cosas mágicas caben dentro de un horno de inducción pirolítica que alguien lanzó tras el divorcio) y de pronto, sin que nadie se lo esperara, apereció Saimaza de dentro de una cochombrosa nevera de puerta oxidada.
¡Chan-chan!
Ghiby extrañada, no asustada, se acercó un poco más para ver a semejante engendro...
Y Saimaza, mientras acababa de comerse su piedra de la mañana, se acercó también a la niña repelencias con un solo pensamiento en la cabeza:
- ¿Querrá bailar?¿Querrá bailar?¿Querrá bailar?...

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

brutal

4:17 PM  
Blogger Víctor Palmero said...

brutal

9:05 PM  
Blogger Víctor Palmero said...

brutal

9:05 PM  

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