...en un chas me encuentro bajando las ramblas, escuchando a unos manifestantes a los que no entiendo y no se que carajo están pidiendo, eso hace que me plantee otra vez mis limitaciones culturales...a veces me da igual ser tan inepto...a veces me dan ganas de engancharme a la espasa y tragarmela de Pe a Pa (pasando por todas las letras, claro) y es verdad que mi capacidad cultural está tan limitada como los registros interpretativos del amigo Cage...ais...aunque ahora con el brain training me voy a volver a aprender las tablas ( ¿7 x 8? )
y es que el otro día, en Madrid, me di cuenta de que mi flequillo de guapo muchacho crecía cual herpes y tenía miedo de que me estrangulara, así que tijera y entusiasmo al canto empecé a destriparlo. Y el entusiasmo se volvio desconcierto. Y el desconcierto dejó paso a la duda y la duda se tornó estupor y el estupor tragos de saliva amargos y silenciosos y luego el pavor y ¡zas! Lo que parecía una frente despejada acabó siendo una excusa para lanzarme por la ventana sin paracaidas (y sí, Manu, sin aliento)...
Me pongo la gorrica de chulapón y a la calle.
Y hoy camino por la rambla en dirección a esa peluquería tan molona que me recomendó Mentxu hace cuatro o cinco años, pero la maravillosa peluquera no me puede atender y me fio de otro chico, y no es que lo haga mal, me lo ha cortado genial, pero parezco Jim Carrey en uno de sus primeros éxitos "Dos tontos muy tontos". ¿ Por qué nunca podemos gritar a los peluqueros?¿Por qué nunca podemos decirles "NO"? ¿Por qué asentimos e incluso sonreimos con los ojos vidriosos y las ganas de lanzarnos nuevamente por la ventana sin paracaidas y sin...freno!?
No lo entiendo, pero no culpo a ese amable joven de pelos de colores, me culpo a mi por ser lerdillo, por no saber explicarme y por no haberle preguntado a Ivan donde le alisaron a él- le quedó muy bien, oye- ¿te has fijado que cuando alguien sale de una peluquería automaticamente se para frente al retrovisor de una moto a acicalarse y arreglarse la novedad?ais...benditos reflejos callejeros.
El caso es que tengo que actualizar el blog, pero no tengo internet en casa y en este locutorio hay una niña que berrea como si le estuvieran practicando una ablación y como mis ojos no la divisan pienso que la ablación no es una comparación si no una realidad en la trastienda de este locutorio de la calle riera alta.
¡Ah!
Feliz año a todos
P.D: que bonitas son las tijeras de vaciar ¿verdad?